miércoles, 21 de noviembre de 2007

ESTRES, NIÑOS Y UN FRESON...

(Esta historia es fruto de la imaginacion de la autora, cualquier parecido con personas, lugares o hechos de la realidad es pura coincidencia)

Su nombre no importa mucho, quizá se llamaba María, Angeles, Aurora...Su vida era como la nuestra, como la tuya...Madrugar, trabajo, otro trabajo, la casa, los niños y mucho, muchísimo estrés.El estrés a veces le sobrepasaba, los niños le encantaban, pero cuando llegaba a casa despues del trabajo, un trabajo que cada día le quemaba mas, los aguantaba a duras penas.En varias reuniones con sus amigas había oído hablar de La Maleta Roja, le hacía gracia..."¿como podían, mujeres con un trabajo, marido, etc. interesarse en reuniones de marujas?, además ¿para que ir a una reunión de tuppersex?". Y llegó la cena de Navidad, como cada año hacian el Amigo Invisible, estaba nerviosa, habia notado unas risitas al llegar y le dieron su regalo..."Te lo hemos comprado en una reunión de La Maleta Roja" dijeron sus amigas. Puso cara de circunstancia, se imaginó un vibrador o cualquier otra cosa que no le gustaba...se armó de valor y abrió el paquete. Era....una esponja con forma de freson gigante "¿ que era eso?". Cuando acabó la cena se fue a su casa, ¿para que iba a usar ese regalo?. Se desnudo y se metió en la ducha, cogió el fresón y empezo a jabonarse, de repente el fresón empezo a vibrar y sus musculos en tensión comenzaron a relajarse, se frotó la espalda, los brazos, los muslos...era genial....Asi que cada día cuando acostaba a los niños se daba un baño con su regalo de Navidad, descubrió que nada es lo que parece, que el horizonte es tan grande como uno quiere y se animó a organizar una reunión...Cuentan que ahora hace una reunión cada tres meses, por si hay cosas nuevas que probar....Pero vamos esto es una leyenda....o ¿tal vez no? Quiza sea tu historia y aun no lo sabes....Quiza el nombre que me faltaba era el tuyo....

1 comentario:

Kleos dijo...

pues nada... sigo diciendo que los relatos que haces me molan me molan. Por cierto, yo también tengo mi fresón.