miércoles, 23 de julio de 2008

CUANDO BEATRIZ DEJÓ DE SER LA MUJER DE HIELO...


( Esta historia es fruto de la imaginación de la autora cualquier parecido con personas, hechos o lugares de la realidad es pura coincidencia).

Beatriz fijó la vista en las gotas de lluvia del cristal de su oficina. Estaba muy cansada... Trabajaba en una asociación de mujeres maltratadas. Gestionaba las subvenciones, vigilaba que nos les faltara de nada a las mujeres, que tuvieran las ayudas de que necesitaban y además procuraba que ninguno de los maltratadores pudieran acercarse a ninguna de las mujeres que estaban bajo su protección. Sabía que en la asociación muchas la veían como su ángel protector, pero tambien sabía que casi todos pensaban en ella como una mujer de hielo...
Al principio eso no le había importado, asi nadie sabía nada de su vida anterior. Pero cada vez se le hacía mas dificil disimular.
Hacía ya una año que Mateo trabajaba para ella, era el único hombre en la asociación y se ocupaba del mantenimiento... y le hacía sentir cosas que se había prometido no sentir...cosas que apartó de si después de la última paliza que le había pegado su exmarido. Cuando logró salir del hospital despues de un mes hospitalizada y varias costillas rotas se había olvidado de que era una mujer, se había prometido que nadie volvería a hacerle daño, que no se permitiría sentir ningún sentimiento hacía nada .Aunque eso no lo sabía nadie, para la gente era una mujer dura que trabajaba sin descanso y que no tenía relaciones...Pero estaba tan cansada...
La semana anterior ,había permitido que su imaginación se abriera a lugares que tenía bloqueados y aunque al principio empezó a pensar en las palizas, poco a poco su corazón fué calmandose y fueron viniéndole a la mente imagenes de Mateo. Sorprendentemente eso la tranquilizó aun mas y al final su cuerpo había respondido a su mente excitandose por completo, y por primera vez en mucho tiempo se permitió tocar su cuerpo, cada vez a un ritmo mas frenetico hasta que la había sorprendido un orgasmo tremendo.
Pero ahora estaba tan cansada...cansada de fingir frialdad, cansada de bloquear sentimientos, cansada de no poder ser esa mujer que simpre había pensado que sería...

En ese momento llamaron a la puerta y entraron, era Mateo que al verla se quedó parado mirándola fijamente.
Él sabía que ella escondía algo, cada día la observaba imaginando como sería hacerla gritar de placer. Pero ahora en ese momento había visto algo en su mirada que lo había dejado inmobil. Había visto deseo, necesidad y un anhelo que ella había ocultado rapidamente mirando hacia el ordenador.
Mateo no sabía que hacer, no sabía si ignorarla o acercarse a ella...Asi que en dos segundos su mente trazó un plan.
- Vengo a arreglar la persiana que se atasca; Beatriz.-Le dijo. Y de un impulso se subió al alfeizar de la ventana. Nunca se había quitado la camiseta para trabajar, pero ahora lo hizo, sabía que tenía un buen cuerpo, asi que decidió aprovecharlo. Y asi, sin camisa comenzó a arreglar la ventana con unos movimientos exageradamente sensuales. Al principio Beatriz consiguió ignorarlo, pero después de un par de minutos dejó el ordenador y lo miró. El sintió esa mirada y su cuerpo reaccionó al momento haciendo que su erección fuera claramente visible. Beatriz no pudo contener una exclamación y Mateo bajó de la ventana, lentamente fué hacia la puerta y hecho el pestillo, se giró y fué acercandose a ella.
Beatriz abrió los ojos como platos y gran miedo oscureció su mira ( aparecieron en su mente imagenes de otra puerta cerrada y unos puños golpeándola), él se quedó parado en mitad de la oficina.
-¿ que te pasa? .-Le preguntó él. -Creí haberte excitado pero veo que me he equivocado, perdona... Y se giró para marcharse.
- Mateo, espera... Susurro ella.-Si me has excitado pero hay cosas que no sabes...Dijo ella mirando hacia las fotos de las mujeres maltratadas que tenia en la pared, para no olvidar.
En ese momento el lo comprendió todo. Seguía parado en mitad de la oficina, pero empezó a quitarse la ropa lentamente, vió como poco a poco cambiaba la mirada de Beatriz y como poco a poco se volvía mas cristalina, mas excitada...
Pero él no se movió, era todo muy lento, cuando se hubo quitado los calzoncillos su erección era mas que evidente, con una mano empezó a tocarse y la otra mano la extendió hacia Beatriz para que ella la cogiera si quería. Beatriz inentó resistir pero al ver la mano tendida hacia ella se acercó.
Rodaron por el suelo, ella se desnudó, sus labios acogieron el sexo de él, con una avidez que nunca había sentido. Él creía estar en el cielo. Después le tocó el turno á ella, gimió y gimió mientras el comía de cada uno de sus rincones, mientras le hacía llegar al orgasmo y después, mucho después la penetró provocándole el mejor de los orgasmos que había sentido en su vida.
Por la cara de Beatriz descendieron dos lágrimas, el las secó con un dedo y le dijo.
-Ssssh, Bea, todo esta bien, no tengas miedo mas....ya no...
En un momento todos sus miedos, todas sus reacciones negativas a las manos de un hombre, todas las palizas, habían pasado a un rincón de su cabeza. Había superado su pasado, sabía que ahora tenía un futuro por escribir, que ya no sentiría ese cansancio. Que el único cansancio que sentiria su cuerpo sería el de las largas sesiones de sexo y la languidez que deja haber sentido varios orgasmos sin descanso en una misma noche.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vaya Diana, con lo dificil que es un relato de este tipo...y has conseguido que sea tierno, erotico, y de poner los pelos como escarpias...
Mi enhorabuena niña!!
Te sigo leyendo.
Besos